martes, 14 de agosto de 2007

Enemigo Intimo- Antonio Gala. 5



Somos islas errantes. Solitarios
que corren juntos sin saber adónde.
Hecho está el juego, y se prohíbe ya
rectificar la apuesta: hay que adoptarlo,
hay pendiente un designio.
Nos posee
aquello que creemos
poseer, y aquello que nos quema
no es más que el eco de una voz. Su nido
tiene la golondrina en un calor
lejano, y respeta el heliotropo
mandatos de oro. Alguien
remueve las profundas aguas negras
y echa a volar después. En vano busco
por la altamar caminos, huellas, contra
las que oprimir mi pie y decir: .Estuve
aquí otra vez y ardía. Reconozco
esta muerte, esta noche: son las mías.
Llevo en la frente su medida. Puedo
olvidar a los otros. Ofuscado
dormiré en la tiniebla sin estelas,
a la que el orto de la luna teme..
Pero el amor es una ardiente cábala
con sal trazada en medio de la espuma.
Ha de arrastrarse un corazón tras otro
interminablemente, conspirar
con un cómplice en ese breve crimen
del abrazo. Qué sin sentido vamos.
Qué huérfanos de abril y de esperanza.
Trémulos como el ave
que perdió su canción y no la encuentra,
y se ha olvidado de quién es y cuál
era su rama. En vilo mantenidos
la víspera de nada,
del peso de las alas prisioneros,
entre el aire total, sin rumbos, sobre
el divino cantil, en que las islas
habrán de ser varadas para siempre
junto al agua nocturna e inmutable
.

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